El espacio que actualmente conocemos como Costa Rica ha sido ocupado por el ser humano al menos en los últimos 14000 años. Durante todo ese tiempo, dichas poblaciones se han organizado de distintas maneras, en un inicio vivieron de la caza y la recolección de alimentos, y de forma nómada, posteriormente, en aldeas agrícolas las cuales conforme pasó el tiempo se fueron complejizando cada vez más.
La forma en cómo se organizaron las distintas poblaciones, las especializaciones de funciones, los modos de vida y sus sistemas de creencias, entre otros aspectos, junto con el ambiente y las zonas geográficas que ocuparon, incidieron en la exposición a los patógenos y con ello en las condiciones de salud a las que estuvieron expuestos.
Si bien ha pasado mucho tiempo, la arqueología puede acceder a información importante sobre las paleopatologías, condiciones genéticas y las características ambientales en el que se desenvolvieron las poblaciones. Lo anterior, junto con el análisis de esculturas en piedra y las figuras elaboradas en cerámica, nos permite comprender lo que éstas enfermedades y condiciones pudieron representar para las culturas que las vivieron, así como el papel que pudieron tener los médicos tradicionales, lo cual se complementará con información etnohistórica y etnográfica básica.
M.Sc. Mónica Aguilar Bonilla